Más allá de un sentido estético, cuando ocurre un problema en los dientes es muy importante no dejar pasar el tiempo, aunque nos de miedo el dentista.
Restarle importancia no hace sino agravar el problema, así como algunas consecuencias que conllevarán posteriormente una serie de acciones más profundas. Veamos algunos de los problemas bucales con los que nos podemos encontrar y qué sucede si dejamos pasar el tiempo sin ponerle remedio.
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Dientes afectados por bacterias: caries
Cuando se aprecia un cambio en la tonalidad de un diente, la razón más probable es que se está formando una caries. Si no acudimos a un especialista para que haga un análisis concienzudo, no solo podemos perder el diente o tener un agujero en él, sino que también se puede extender a otras piezas y encontrarnos con que hay que poner remedio a un problema que podría haber sido muy fácil de solucionar de haberlo hecho a tiempo.
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Sangrado frecuente e inflamación : gingivitis o periodontitis
Aunque a veces es posible hacerse daño al cepillarse inadecuadamente, un sangrado habitual es señal de posible infección. Sobre todo si además se nota cierta inflamación en las encías.
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Dientes flojos que se mueven: pérdida ósea
Aún sin que aparezca sangrado, cuando se tiene uno o varios dientes flojos hay que acudir de inmediato al dentista para que investigue las causas. Como norma general será un deterioro en los tejidos que sujetan el diente, que si no se frena acabará por hacer que se pierdan.
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Sensibilidad dental al frío o el calor: varias causas posibles
Si al tomar algo muy frío o caliente se tiene una sensación extraña en los dientes o incluso dolor, a veces se trata de un desgaste inusual del esmalte, producido por un exceso de cepillado, un ataque ácido o rechinar los dientes a menudo. En cualquier caso, solo una visita al especialista puede determinar las causas y cuál es el mejor modo de actuar.
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Pérdida de un empaste: puerta abierta a problemas bucales
Cuando se cae un empaste, puede ser indicio de que la caries ha vuelto al diente, de que este se está desgastando o sencillamente que la vida útil de este ha llegado a su fin. Es importante actuar rápido para volver a sellar el agujero, ya que se puede producir sensibilidad, irritaciones y otros trastornos. En caso de que no se pueda visitar al dentista inmediatamente, hay que tomar ciertas medidas, como cepillar los dientes con mucho cuidado y a menudo, hacer todo lo posible por no masticar con ese lado. Todo ello son precauciones para el corto plazo, ya que no se puede aplazar el paso por la consulta durante tiempo.
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Cuando se cae un diente, el resto tratan de cubrir la pérdida
En caso de que una o varias piezas se caigan, la boca se va modificando para tapar el hueco, lo cual abre los espacios interdentales y los dientes se inclinan, dando como resultado una dentadura torcida en la que se depositan restos de alimentos muy difíciles de eliminar, incrementando la posibilidad de que haya sarro y caries.
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Una revisión regular: clave para prevenir problemas futuros
Hay otra cosa que no se puede dejar pasar si queremos tener una correcta salud bucodental: acudir al dentista para una revisión al menos una vez al año. De este modo se pueden evitar la mayoría de problemas que aparecen en nuestros dientes, salvo los imprevisibles accidentes, que tampoco pueden dejarse pasar porque un diente roto no es solo lo que se ve.
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No dejar pasar el tiempo ante un problema bucal es más económico
Quienes se resisten a acudir al dentista cuando surge un problema por motivos económicos, deben saber que cuanto mayor sea la magnitud del problema, más largo y costoso es el tratamiento. Por tanto, incluso por razones de ahorro es importante que no se deje pasar mucho tiempo si se tiene algún síntoma de sufrir un problema con los dientes o las encías. Además de que todo es mucho más agradable con una buena salud bucal.