Uno de los objetivos más habituales en materia de imagen es lograr una bonita sonrisa. Para mucha gente, unos dientes blancos son la mejor tarjeta de presentación posible, además de que la dentadura esté bien alineada. De ahí que haya quien busque formas de aclarar el esmalte de los dientes, para dar la sensación de mayor limpieza y una boca más sana. Los tratamientos blanqueadores tienen una gran demanda en las consultas del dentista.
El esmalte tiene un color que varía y abarca distintos tipos de blanco. De hecho, se pueden tener unos dientes de color amarillo claro o ligeramente gris, sin que esto indique problemas de ningún tipo.
Con el tiempo, la capa de esmalte puede ir oscureciéndose y dejar de tener el color habitual. Hay diversas causas que pueden provocar esto:
- Una mala higiene bucodental, o la falta de esta. Cuando los dientes no se cepillan de forma conveniente, estos pierden brillo y color.
- Consumir alimentos o tener hábitos que manchan la dentadura, como el café o el tabaco.
- Daños en el diente que afectan al nervio también pueden cambiar el color de este.
- Tratamientos clínicos a base de determinados fármacos.
Al no tener capacidad de regeneración, el esmalte que se deteriora no solo afecta a la estética de la boca. También pone en riesgo nuestra salud. La caries aparece como resultado de esta falta de esmalte que proteja la superficie.
Por ello, es muy necesario tener unos hábitos de higiene adecuados. El cepillado regular, uso de seda dental y enjuagues específicos ayuda a eliminar todos aquellos elementos que puedan causar daño.
Si pese a todo vemos que nuestros dientes se oscurecen, se puede recurrir al blanqueamiento dental combinado. Un proceso algo más complejo que el blanqueamiento normal, cuyo objetivo es aumentar sus efectos.
Cómo se hace el blanqueamiento dental combinado
Este tratamiento tiene como finalidad aclarar el esmalte. Para ello se utilizan férulas a la medida, combinadas con una sesión en la clínica.
En esta se emplea una lámpara de luz fría, también conocida como lámpara láser. Es una lámpara de led cuya acción hace que los blanqueadores que se aplican con la férula actúen mejor. Los resultados por tanto son más intensos que con otros tratamientos.
Antes de proceder al blanqueamiento dental combinado, es necesaria una revisión completa, así como una limpieza profesional. Así se elimina toda la placa y se trabaja sobre unos dientes limpios y sanos. A continuación se da el siguiente paso.
Se hacen moldes de la dentadura del paciente. Con estos se fabrican las férulas a la medida, que se entregan al paciente en la siguiente visita. Estas férulas se ponen junto a un blanqueador en gel mientras duerme.
Pasadas unas dos semanas tiene lugar la sesión de lámpara de luz fría, a cargo de un profesional. Con el fin de que solo sea el esmalte el que recibe el haz de luces, las encías y todas las zonas blandas se protegen con un compuesto que evita que haya daños. Se aplica gel blanqueador y se usa la lámpara.
Después de la sesión, se vuelven a usar las férulas otras dos semanas junto al gel blanqueador. Pasado el tiempo se comprueba el efecto del tratamiento en la clínica. Después será necesario seguir los consejos del dentista para hacer un mantenimiento adecuado del blanqueamiento combinado. Así se podrán conseguir unos resultados más duraderos.