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Materiales más utilizados en los implantes dentales

A la hora de acudir al dentista para ponerse unos implantes dentales, normalmente surgen dos preguntas, que son si duele hacerlo y cuánto es lo que costarán. Lo cierto es que en ambos casos no hay de qué preocuparse, porque la implantología actual está sumamente avanzada y se pueden encontrar soluciones para todos los bolsillos, además de que apenas causan dolor.

Lo cierto es que más que si duele o cuánto cuesta es mejor evaluar qué materiales se utilizan para implantes o prótesis, dependiendo de qué correcciones hacen falta. Veamos brevemente qué materiales eran los más usados en anteriores épocas de la historia, cuáles son los más utilizados en la actualidad y hacia dónde se dirige el futuro.

Historia de los implantes dentales

Es curioso, pero el uso de implantes dentales es bastante más antiguo de lo que se puede pensar. De hecho hay pruebas que se remontan a la prehistoria, en concreto en el neolítico. Una excavación encontró un craneo al que se le había colocado un implante dental, usando un trozo de falange, que es la prótesis más antigua de la que hay registro.

Todo indica que en esta ocasión el hueso se insertó tras la muerte de la persona, para prepararla de cara a su entierro. En pacientes vivos los implantes se remontan a la civilización maya, que empleaba pedazos de conchas y piedras semipreciosas como el jade para sustituir los dientes perdidos. Las muestras indican que alrededor de las piezas creció hueso nuevo, por lo que en este caso sí se insertaban en personas que los utilizaban.

El Egipto faraónico también empleaba la implantología. En este caso los materiales que se usaban eran bastante variados, desde dientes de animales u otras personas hasta metales y piedras preciosas. En parte dependía del nivel de quien lo necesitaba.

A los nobles de la Edad Media no les gustaba demasiado perder un diente, y por eso recurrían a los barberos, que hacían bastante más que arreglar el pelo. Muchas personas con una categoría más baja, casi siempre pobres que necesitaban dinero para comer, se prestaban a que les quitaran alguna de sus pieza dentales, que se insertaban en las dentaduras más pudientes. Aunque los problemas para que encajaran y los contagios de enfermedades hicieron que cayera en desuso.

A comienzos del pasado siglo se empezaron a usar metales y cerámica, algunos con más éxito que otros. Por ejemplo se hacían dientes de plomo, y para sujetarlos se usaba alambre o clavos, que unidos a la falta de higiene o reposo daban resultados bastante dispares. Posteriormente se empezaron a imponer pautas como cuidar la limpieza para que no hubiera infecciones o tener una recuperación.

Los materiales más utilizados en los implantes dentales actuales

El descubrimiento del titanio como material para implantes supuso todo un acontecimiento. De manera fortuita se vio cómo este material se integraba en el organismo de tal modo que este lo rodeaba con una capa de hueso, un fenómeno conocido como osteointegración. Así es como comenzó la implantología moderna.

El titanio puede usarse solo o hacer aleaciones con diversos metales, más o menos resistentes dependiendo de su composición. También se pueden encontrar implantes de una sola pieza o compuestos por un soporte al que se fija el diente.

En los últimos tiempos se ha utilizado también el zirconio porque es biocompatible y el cuerpo lo acepta muy bien. Además de que se trata de un mineral que abunda en la tierra, por lo que conseguirlo es relativamente asequible. Se puede crear un solo diente o varios si el paciente lo necesita, a través de un sistema de diseño por computadora.

La cerámica es uno de los materiales más buscados por su gran parecido con el esmalte real de los dientes. Por ello se pueden encontrar implantes fabricados solo con esta o metálicos cubiertos por una capa de porcelana, que es más resistente y suele emplearse para sustituir alguna de las piezas delanteras.

Otro de los materiales más utilizados y que proporcionan el aspecto de los dientes reales es la resina o el composite, que se emplea no solo para hacer piezas completas sino también para reparar dientes rotos, los conocidos empastes dentales.

Algunos de los materiales están empezando a dejar de usarse y siendo sustituidos por otros más modernos. Por ejemplo, los metales se siguen usando, pero ya no tanto como hace unas décadas. Las nuevas técnicas de diseño y creación de compuestos sintéticos mejoran las prestaciones y favorecen la labor de los especialistas. Aunque seguramente se sigan usando durante un tiempo.

El futuro de los materiales para implantología

Los avances en materia de salud dental no paran, y en la actualidad se están estudiando varias formas de crear materiales que sean capaces de resistir el uso de la dentadura y ofrezcan una apariencia lo más natural posible. Para ello se trabaja con diversos tipos de materiales cerámicos y sintéticos.

El composite, que es uno de los más recientes, es un material que aún tiene mucho recorrido. La combinación de resinas se mantiene en constante evolución, además de que se está buscando el modo de combinar las ventajas de la cerámica y la resina para dotar a los dientes de mejores prestaciones.

También se ha incorporado recientemente la polieteretercetona, un biomaterial que se usa en la fabricación de otro tipo de prótesis como las de rodilla o cadera. En el caso de la implantología dental es un material que acaba de empezar a usarse, aunque los resultados que ofrece lo convierten en uno de los que se usarán con mayor frecuencia en el futuro.

Además de los materiales, los métodos de fabricación también están avanzando. El diseño y la impresión en 3D es sin duda uno de los que se irán incorporando al sector, ya que simplemente se necesita crear un mapa de la dentadura y hacer un modelo con el que imprimir las piezas que faltan en una impresora donde se introducen las resinas que permiten crear el diente prácticamente en tiempo real.

En cualquier caso la implantología sigue buscando lo mismo que hace milenios: devolver la dentadura a su apariencia normal.

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